jueves, 10 de mayo de 2012

OS PROMETO QUE LOS ÁNGELES EXISTEN



De awhi Farm a mi querídisima Wilderland community. La mayoría de los viajeros en NZ que tenemos poco dinero hacemos autostop como medio de transporte. Puedes cruzarte la isla perfectamente. La primera vez que hice autostop me daba verguenza, estás tu ´allí en medio de la carretera sonriendo con el pulgar hacia arriba pidiendo que te dejen subir al coche, caravana, camión o tractor..Pero rápidamente, cuando ves que la gente te va saludando, sonriendo y haciendo gesto cómo pidiendo disculpas por no poder cogerte, se te va la timidez. Además jamás he estado más de 10 minutos esperando, y cuando te cogen empieza el superchollo, clases de inglés y transporte gratuito y en algunas ocasiones te invitan a comer e incluso a dormir a su casa sin pedir ni esperar nada a cambio!no os podéis imaginar la gente tan amable y hospitalaria que hay en este país sin querer absolutamente nada, sólo que estés bien.
Durante el trayecto de la conferencia a Wilderland, me cogieron nada más y nada menos que 14 conductor@s diferentes !!Al principio empecé el viaje con un amigo ya que nos dirigíamos hacia el norte los dos y luego hubo un punto en el que nos separamos. mientras estábamos juntos, el quinto conductor nos comentó que le sabía mal pero que tenía que desviarse de lo que era nuestro camino y parar en casa de sus padres pero que no nos preocuparamos que su madre nos llevaría a otro punto donde fuera fácil seguir nuestro camino. Cuando llegamos era hora de comer y a pesar de que sus padres ya habían comido, nos invitaron a su casa y nos dieron de comer, té y charla muy agradable. Después la madre, de unos 70 años, nos llevo bastante lejos para que nos fuera fácil hacer autostop. Yo seguía alucinando por tanta amabilidad aunque no era la primera vez que me pasaba algo parecido.
 Pero, aún más fuerte es que, una vez que ya estaba sola, y cuando a la puesta de sol le quedaba sólo media hora para acabar me cogió Jay. Un señor de unos 53 años. Le comenté donde iba y a pesar de que sabía dónde era nos fue imposible encontrar el camino. Encontramos la tienda de dicha comunidad pero no había nadie y estaba todo totalmente oscuro. Por un momento me ví congelada durmiendo en el suelo, luego razoné un pokito más y le comenté si podía acercarme a un backpacker (hostal) en el pueblo en donde el vivía. EL hombre superpreocupado me comenta que al día siguiente tiene libre, y que puede acompañarme otra vez al mismo lugar y con la luz del sol intentar encontrar el camino. Yo flipando y agradecidisima otra vez, le comento que es su dia libre y que no se preocupe que ya encontraré la manera de volver y el dice que no tiene ningún plan que por el no hay problema. Seguimos el viaje, más conversaciones sobre su vida, su mujer, hijos, escuchando música, etc y de repente me dice que no hay ningún problema que puedo quedarme en su casa a dormir,que su mujer habrá preparado cena y que esté trankila que no me quiere dejar sola por ahí...Yo flipando otra vez, casi me salen las lágrimas. Llego a su casa y conozco a Amanda, 45 años. Me recibe con los brazos abiertos aunque también bastante flipada por la situación inesperada, y empieza una noche más que agradable, con conversaciones, vino y más vino. Me dan una habitación con una cama enorme (de matrimonio vamos, pero llevo semanas durmiendo en el suelo) con sabanas, edredón, mantita caliente, en una habitación limpia, con espejo (llevo semanas sin mirarme la cara) con 4 cojines, sola y lo que aún es más fuerte pude darme una ducha! con agua caliente!(llevo semanas sin una ducha como Dios manda) sin problemas de tiempo!!!Mientras estaba debajo de la ducha pensé: -Está claro que alguna cosa buena has hecho en el pasado, vaya regalazo que te están dando!Jay hacía más de dos años que no cogía a nadie en la carretera, justamente ese día había tenido que ir al mecánico por un problema en el coche, lo que le había retrasado 2horas su vuelta a casa. Llevaba 4 horas conducinedo con muchas ganas de estar en casa tranquilo. Como dijo Amanda mi llegada tenía que pasar. Cené como una reina y al día siguiente desayuné y Jay me acompañó a Wilderland. Intercambié correo con Amanda y seguimos en contacto. Con tristeza y un profundo agradecimiento me despedí de Jay y de Amanda, pero me parece que lo nuestro no se acabará aquí. OS PROMETO QUE LOS ANGELES EXISTEN